La jícama es una antigua hortaliza de raíz mexicana, cuyos tubérculos reciben ese nombre, el cual significa “algo sucio” en la lengua indígena Náhuatl. Esta planta rastrera forma grandes tubérculos con una pulpa color blanca y crocante, cuya consistencia es similar al rábano y se mantiene crocante al cocinarla. Su sabor es un tanto dulce y parecido al de la manzana y el nashi. Las raíces se pueden usar de la misma forma que la castaña de agua, la cual es muy popular en la cocina asiática, pero tiene que pelarse muy bien antes de su consumo. La cáscara no es comestible. Tradicionalmente, el tubérculo de raíz se corta en forma de bastones y se come como refrigerio con un poco de limón y chile en polvo. Aunque la jícama es una legumbre, las vainas y granos de la planta son venenosas y definitivamente no son aptas para su consumo. Al contrario, se muelen y se utilizan como insecticida biológico. Semillas, contenido: Aprox. semillas de 10 jícama
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